Hipócrates es conocido como “el padre de la medicina” y fue quien creó la teoría de los cuatro temperamentos. El griego que vivió del 460 A.C. al 370 A.C., realizó históricos aportes a esta ciencia, que siglos más tarde, en 1.923, el estadounidense William Moulton Marston retomara para proponer la metodología DISC, empleada para analizar a las personas y clasificarlas por medio de diferentes niveles de actividad y emotividad.
Personas activas
Son dinámicas, enérgicas y veloces. De alto ritmo o actividad, tienden a hablar mucho y de manera rápida, responden con prontitud a los cuestionamientos, mueven su cuerpo con agilidad e interactúan de forma permanente con los demás.
Personas pausadas
Se caracterizan por ser tranquilas, calmadas y prudentes; trabajan a un ritmo moderado, tienden a escuchar más que a hablar, a pensar mejor lo que van a decir y a interactuar con mesura o autocontrol con los demás.
Personas racionales
Son lógicas, tienden a ser realistas y razonables. Poseen bajos niveles de emotividad; por lo general ven el mundo de una forma más fría y ecuánime, se basan en pruebas tangibles, en estadísticas, hechos y datos.
Personas emotivas
Sensibles, cálidas y humanitas, así son las personas emotivas. Poseen altos niveles de apasionamiento y se inclinan a demostrar interés por el estado anímico de los demás. Aprecian las buenas relaciones y crean lazos de confianza.